En Grupo Cencerro nos gusta contar sobre lo que sucede en las distintas empresas a las que acompañamos en la gestión económica financiera. Para esta columna elegimos una empresa particular. La misma llegó a nosotros a mediados de 2021 y se dedica específicamente a la producción de sal.
La firma, al mando de Néstor, cuenta con dos salinas y tres plantas de procesamiento en el sur de la provincia de Buenos Aires. Cuando comenzamos a trabajar junto a ellos contaban con un equipo administrativo que no estaba tan consolidado. Lo principal pasaba por la carencia de una buena comunicación y flujo de información entre dos áreas clave para toda empresa que pretende hacer gestión económica financiera: el área productiva y el área administrativa.
Otro detalle importante es que previo a nuestro desembarco la empresa aplicaba ya un sistema al que no se le sacaba el máximo de su potencial. La información para analizar era casi nula porque no se llevaban registros.
Para empezar, desde nuestro lugar realizamos la búsqueda de un perfil de analista de gestión junior que tuviese como principales funciones facilitar la información desde la empresa hacia Grupo Cencerro .
El siguiente paso que se realizó fue la definición de los Centros de Costos y Unidades de Negocio y, así también, se armaron las planillas de registración de datos (gastos, caja chica, ventas, compras de materia prima y cesiones entre las unidades de negocio internas). Para el primer mes, tomamos la decisión de presentar el margen bruto de una sola de sus plantas. A partir de allí fuimos sumando el MB de las demás.
En este tiempo transcurrido, junto a la administración de la empresa, llevamos adelante un análisis económico financiero de todos los números. Esto representa un trabajo donde mes a mes se deben rastrear los siguientes datos:
Gastos: Compras de materia prima, fletes, personal, cargas sociales, costo de envases, combustible, mantenimiento, servicios, administración, impuesto salinero y guías.
Ingresos: Ventas de sal (por producto) y stocks de bienes de cambio y materia prima.
Es muy importante destacar que las productoras de sal tienen altos costos de maquinarias. La renovación de las mismas es casi permanente debiéndose esto a los daños por corrosión a la que se ven expuestas.
La cosecha de sal se realiza entre noviembre y febrero aproximadamente (dependiendo de las lluvias, las lagunas se tienen que secar para poder cosechar). ¿Cuál es nuestro rol? Para estos meses nuestro equipo de trabajo se encarga de confeccionar los registros de uso diario. Aquí se engloba las toneladas cosechadas, combustible, mantenimiento, almacén y sueldos del personal.
En Grupo Cencerro somos conscientes que la información puede fluir de distintas maneras, y por supuesto, siempre aceptamos cambios y sugerencias (¡esa es la manera de crecer!). Por ejemplo, hace unos meses Néstor nos planteó que necesitaba tener a disposición una herramienta que le brindara una rápida referencia sobre cómo él podía jugar con el precio de venta teniendo en cuenta sus costos. Ante ese panorama sumamos un análisis de sensibilidad a cada unidad de negocio y también un detalle de precios/ventas de producto por cliente. Con esto, el productor tiene más posibilidades de saber cómo serán sus números si, por ejemplo, aumenta sus precios y producción.
Entonces así fue como la toma de decisiones sobre sus precios y producción se convirtió en algo fácil para el productor. El análisis de sensibilidad resultó ser una herramienta clave para la empresa, producido esto por la informalidad del mercado salinero donde los precios varían mucho.
Trabajar junto a esta empresa ha resultado todo un desafío para nuestro equipo. Con el paso del tiempo, hemos logrado insertar metodología y herramientas en su administración que permitieron llegar a favorables resultados. Néstor hoy manifiesta que se siente más seguro en cuanto a sus números y que agradece haberle abierto las puertas a la gestión económica financiera.
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