Cada vez son más los productores que se incorporan recientemente a la actividad agropecuaria. Por eso queremos contarte el caso de Eduardo, un productor de 33 años que llegó a nosotros con una necesidad e inquietud surgida por un pedido familiar, y que lo vinculaba directamente con el traspaso de toda la actividad y tareas que antes hacía su padre. Para eso, habían acordado tener un año aproximadamente de trabajo con su padre que serviría de inducción a la actividad y el manejo de la empresa.
Eduardo como punto importante nos marcó desde el principio que contaba con conocimientos acerca de la producción agropecuaria pero que su formación profesional y experiencia laboral no tenían nada que ver con el sector.
Había un consenso general sobre mantener la actividad de tambo, agricultura y ganadería en las más de 3500 has propias que gestionan en la zona núcleo, pero también estaban claro de que los formatos de administración cambiarían.
¡Agosto! Un mes de procesos, reportabilidad y toma de decisiones
Durante los primeros meses de trabajo en conjunto con su padre, el joven productor se dió cuenta que tenían visiones de gestión radicalmente distintas; Su padre, un productor que trabajaba a pura intuición y, cómo había logrado sostener la empresa durante toda una vida, no se sentía tan afín a hacer cambios. Eduardo por su parte estaba más acostumbrado a la metodología de gestión y a desarrollarse en puestos gerenciales con instrumentos periódicos (tableros de control, cash flows, presupuestos, etc) estaba dispuesto a hacer un cambio en la modalidad de gerenciamiento.
El desafío estaba en cómo hacer una transición generacional adecuada para no descuidar a la empresa y lograr un cambio exitoso. La transición ya era una decisión tomada entre ambos. Estaba claro que padre e hijo querían asumir la transición, y lo más importante era entender que esto era un verdadero desafío donde nuestro equipo podía ayudar.
En poco tiempo hizo gestión, potenció su administración y su empresa creció
¿Cuál fué el aporte de Grupo Cencerro?
Junto a nuestro equipo comercial y operativo, presentamos una propuesta integral para darle solución al problema y acompañar a la transición generacional
Nuestro primer paso fue poder identificar y comunicar lo que estaba pasando. Era clara la visión de negocio de cada uno, y como querían abordar ese pase.. El objetivo principal fue hacer entender que las transiciones generacionales son parte de la vida de las empresas y que, en el sector agropecuario en particular, donde la mayoría son empresas familiares, hay varios pergaminos para poder hacerlo de manera exitosa.
El segundo paso fue definir un objetivo de calidad de reportes de gestión para que todos puedan tener en claro hacia dónde apuntar e ir en busca de esa meta. Para eso, se tomó la decisión de trabajar con presupuestos por unidad de negocio, flujos de caja, reportes de cumplimiento de objetivos de las personas, claridad en la gestión de los sueldos del personal, entre otros.
El tercer paso fue detectar qué procesos estaban haciendo “sonar la alarma” porque sin información no podíamos armar los reportes que nos habíamos propuesto y perdíamos visibilidad. Al definirlos, notamos que había que capacitar a gran parte de los empleados y que, con una leve modificación en su día a día, podríamos lograr grandes resultados… ¡y así fue!
Al día de la publicación de este caso aún seguimos colaborando para mejorar aún más la forma de gestionar la empresa de Eduardo y su familia. Estamos convencidos de que desde nuestro lugar estamos haciendo un gran aporte para que el negocio sea cada vez más rentable.
Este es un caso con el que muchos productores se sienten identificados. Puede que lo hayas vivido, o que estés por hacerlo.
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