En Grupo Cencerro ya gestionamos más de 200.000 hectáreas junto a más de 100 clientes. Esta trayectoria nos brinda valiosa información y nos permite tener una visión clara de la situación de muchos productores. Por eso, hemos elaborado un detallado informe con datos de decenas de clientes en diversas zonas y regiones de Argentina. Estamos felices de compartirlo con vos.
Nuestro objetivo es seguir fortaleciendo a las empresas agropecuarias, en su mayoría familiares, que son el motor de pueblos, ciudades y un país entero.
En términos generales, fue una campaña muy compleja. Exceptuando algunas zonas puntuales, la mayoría de las regiones productivas se vieron muy afectadas por la sequía. Los cultivos han arrojado rindes muy por debajo de lo que se venía dando en campañas anteriores, donde los números fueron realmente buenos. La realidad marca que las rentabilidades de los productores agrícolas, en su mayoría, han sufrido un golpe en este tiempo.
A principios de la campaña 22-23, los precios proyectados eran buenos con respecto a los promedios históricos y, al mismo tiempo, los esquemas productivos planteados en cada empresa comprendían una alta inversión. A medida que el tiempo fue pasando y nos fuimos adentrando más en la campaña, se comenzó a ver una baja de los precios y condiciones climáticas que no acompañaban.
Trabajamos con empresas situadas en zonas donde se sufrió doble afectación climática provocada por las sequías y la aparición de fuertes heladas tempranas. Por ejemplo, en zonas como el sur de Santa Fe, Córdoba y Centro-Norte de Bs.As., la fina se vio muy afectada por las heladas, lo que provocó pérdidas totales cerca de las fechas de cosecha. También hubo heladas tempranas en el mes de febrero que afectaron principalmente a los cultivos de soja y maíz.
En una campaña que en la previa y sus inicios brindaba un panorama favorable para los productores, hubo regiones donde las empresas perdieron las dos cosechas. Si hablamos de trigo y maíz, estos dos cultivos tenían una buena relación precio insumo-producto.
Por otra parte, aquellos que tenían soja de la campaña 21-22 pudieron sacar algún beneficio en los precios a raíz del dólar soja. En su lugar, la que se produjo en la 22-23 trajo consigo muy malos resultados. La realidad de la última campaña ha generado un contexto donde hay empresas que no han podido siquiera llegar a pagar el costo oportunidad de la tierra de su propio campo y mucho menos los de producción.
Mirando hacia delante y pensando en lo que viene, es clave tener en cuenta que la mala situación climática se ha extendido en algunas zonas y esto puede tener un alto impacto en la fina 23-24.