Trabajar con los clientes y llevarlos a tener una administración ordenada es una tarea que requiere de constancia y tiempo. Para cada empresa armamos un plan de trabajo que nos permitirá conformar una administración consolidada y para eso, en el camino, debemos transformar al productor en gerente de su propia empresa. ¿Y cómo lo hacemos?
Con nuestros clientes nos juntamos en la reunión de gestión mensual a revisar la actualidad de la administración de la empresa. Nos proponemos allí darle el parte de cómo vienen sus presupuestos, el flujo de caja y los indicadores que hayamos definido para que a partir de estos datos pueda tomar las decisiones que considere más pertinentes.
En estos encuentros uno de los objetivos es controlar lo que se viene haciendo y que esto se vea encaminado según lo propuesto en el plan de trabajo presentado al inicio del proyecto. En cada reunión se definen tareas a vencer en la proximidad y que se revisarán en el próximo mes.
Por ejemplo con el flujo de fondos, se verifica si se han dado cambios de mes a mes y se lo actualiza.
El análisis de gastos operativos (estructura, administración, impuestos) también entra dentro de las reuniones de gestión. Para es vital la colaboración de las personas (encargados, ingenieros, administrativos) que integran la empresa con la información que vamos solicitando.
En empresas donde se produce ganado necesitamos tener información acerca de cómo se vienen dando las novedades en esa unidad de negocio. En caso de ser época de pariciones se estudia cómo se vienen desarrollando, y de haberse terminado, cuáles fueron los resultados y los pasos a seguir en cuanto a destete, venta y proyección de recría/engorde.
Seguimiento de presupuesto: ¿Por qué debo hacerlo?
Por el lado de la agricultura se analiza si está sucediendo lo que se planificó al inicio de la campaña. A partir de ello se contemplan los cambios que se pudieron haber dado como por ejemplo modificar el cultivo a sembrar o la cantidad de labores a aplicar con sus correspondientes dosis de fitosanitarios. Cada modificación implica un cambio en la proyección presupuestaria y por consiguiente, en la rentabilidad de la unidad de negocio.
Como ejemplo usamos lo que sucedió con un cliente que cuenta con su empresa en la provincia de Buenos Aires. Él programaba la cosecha del maíz tardío para julio pero debió posponerla para agosto, por ende, se produjo un retraso en los cobros desencadenando así en modificaciones en el flujo de caja proyectado. ¡Un cambio en la producción afecta la caja y hay que estar a la altura de este desafío!
Con el productor y los ingenieros se revisan los stocks de insumos. Cada presupuesto que nuestro equipo conforma lleva incluido la compra de ellos y se definen algunos parámetros (precios, momento, lugar) que pueden beneficiar a la empresa al momento de la adquisición.
Es un espacio que beneficia mucho al cliente porque obtiene fácilmente respuestas a interrogantes que van surgiendo en la diaria. ¿Compro esa maquinaria? ¿Puedo cambiar la camioneta? ¿Me conviene tomar ese préstamo?¿Vendo o no vendo los granos? Con la información a disposición, nuestro equipo puede brindarle al productor una serie de sugerencias y él tomar la mejor decisión.
El objetivo final es que el productor pueda pensar su negocio y ver cómo mejorarlo para maximizar su rentabilidad. Quien cuente en su empresa con estos espacios tendrá consigo una administración ordenada y una mentalidad de gerente con mayor poder de decisión.
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