El segundo trimestre del año viene cargado generalmente de mucho trabajo operativo por la cosecha gruesa. Varía según la zona de la región agrícola de nuestro país, pero ya sea con el girasol o el maíz temprano, los días se ponen movidos. Desde nuestro lugar, intentamos que el empresario agropecuario también le dedique horas fundamentales a la notebook y al excel.
Nos parece el momento clave para ir “atándole las patas” a la próxima campaña. Pero, ¿cómo? ¿tan rápido? Si ni siquiera tenemos los kilos finales de la gruesa. A veces, sentimos que llevamos de la oreja, como aquel chico que no quiere dejar de patear la pelota para ir a bañarse, y sentamos al productor un par de horas a la semana para que en unos días podamos cerrar el presupuesto agrícola.
El Caso del 20-21 es un presupuesto muy particular por el contexto del Covid-19. ¿Qué viene después de la pandemia? ¿Habrá un resurgimiento del conflicto EEUU-China? ¿Trump seguirá acusando al gigante asiático de diseminar el virus a propósito? ¿Qué consecuencias tendrán esos cruces? No lo sabemos.
Lo que sí podemos afirmar es que el sector de los alimentos posee un gran amortiguador para esta crisis, como lo ha tenido en épocas de guerra, según varios analistas e historiadores. Afortunadamente los precios de nuestros productos no han caído significativamente. Pero, ¿y la soja a 220? ahí vamos…
Desde Grupo Cencerro, planteamos dos escenarios de margen agrícola para un campo a 200-300 kms del puerto. El primero quizás el mas escuchado de parte del productor en estos días, inmerso en esta diaria convulsionada y temerosa de lo que venga. El segundo, un poco menos “sentimental” y mas aferrado a algunos supuestos del contexto mundial.
Está fuera de discusión que el tándem Trigo-Soja 2da es una buena jugada en esta zona del corazón productivo argentino. Ahora bien, ¿qué hay con la gruesa? ¿Y qué política de insumos seguimos?
Nos parece un momento acertado para cerrar precios de fertilizantes, agroquímicos genéricos y semillas idealmente. Si podemos elegir, vendemos maíz o girasol de esta cosecha para calzarnos con los insumos de la próxima.
El segundo escenario contempla una recuperación del precio de la soja en los próximos meses de la mano de la reactivación de China. Sea cual fuere su relación con EEUU, vemos un aumento de la demanda de poroto que beneficia su margen bruto. A pesar del precio actual, ni el más auspicioso calculo de capacidad de almacenamiento puede suponer que China siga restringiendo su demanda. Inevitablemente deberá recomponer sus stocks. En adición, el maíz requiere una inversión 45% más alta que la soja. Las arcas de la empresa en este año convulsionado también se verían beneficiadas con una estrategia más “sojera” para enfrentar posibles turbulencias en nuestro país.
Respetando el esquema de rotaciones de cada establecimiento, pretendemos armar el podio con una medalla dorada compartida entre Trigo-Soja 2da y Soja 1ra.
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