Hace pocos días el bloque Mercosur y la Unión Europea firmaron un acuerdo de asociación estratégica que, sin duda, representa un paso importante en la historia de nuestro país. Hace ya más de veinte años que el bloque en general, y la Argentina en particular, vienen persiguiendo esta alianza económica. El mercado europeo es verdaderamente grande. Son 500 millones de personas que representan el 20% de la economía mundial, importan el 17% de los bienes y servicios a nivel global y generan el 30% de la inversión de la misma categoría. Los números hablan por sí solos.
Haciendo doble-click en el acuerdo, que deberá ser rubricado por los Congresos de los países involucrados antes de ser definitivo, notamos que la Unión Europea eliminará aranceles de exportación sobre el 92% de los bienes del Mercosur y otorgará un “acceso preferencial” al 7,5% de los restantes. Esto significa que menos del 1% de los bienes exportables argentinos no encontrarán destino en Europa. La noticia es, cuanto menos, impactante.
Tanto la Unión Europea como el Mercosur tienen intensiones de beneficiarse del acuerdo pero a la vez proteger sus mercados para que no ocasionen cimbronazos que puedan hacer estragos en las economías locales. En esta línea, es relevante destacar que la liberación de algunos de los cupos de exportación desde Unión Europea hacia Mercosur, y viceversa, serán inmediatos, y otros de plazos que oscilan entre los 4 y 15 años.
En materia agropecuaria el acuerdo no se queda atrás, y es más, canta “quiero vale cuatro”. Se prevé liberar el 99% del comercio agrícola. Un producto procesado como la harina de soja, que en 2018 representó el 15% de las exportaciones totales de nuestro país, tendrán arancel 0% cuando el acuerdo entre en vigor. Las cuotas de exportación también son una foto clara que demuestran el potencial: se abre un mercado para colocar 99.000 tn de carne vacuna, 180.000 tn de carne aviar, 1.000.000 tn de maíz y 650.000 tn de etanol. Los números no dejan de asombrar pero, ¿será posible operativizar el acuerdo marco? ¿Estamos preparados para esto?
Para responder debemos mirar un poco para adentro, ¿qué pasa en nuestro país? Siempre es importante repasar de donde venimos y como estamos hoy, para trazar un camino idóneo hacia donde queremos ir. Actualmente, Argentina es un país donde casi el 60% de la renta agrícola son impuestos, el acceso al crédito a tasas razonables es inexistente, hay evidencia suficiente para afirmar que en los últimos quince años desaparecieron más de 100.000 productores agropecuarios y, en términos absolutos, el país hace diez años que no crece.
Haciendo un poco de memoria llegamos a un dato revelador. Este año, luego de diez años de incumplimiento, Argentina ha llegado a entregar la cuota de exportación de carne con alto valor comercial otorgada por Europa, más comúnmente llamada “Cuota Hilton”. Parece paradójico, el “cliente” al que le incumplimos diez años consecutivos nos está dando más mercado.
Comparando la meta que nos propone el tratado y la realidad, nos tocará dar un debate serio que inicia en la simple pero tan importante acción de honrar nuestros compromisos, y continúa en planificar como aprovechar las oportunidades que están golpeando nuestra puerta para construir un futuro mejor, con más empleo y oportunidades para toda la ciudadanía.
En términos nacionales, será clave que delimitemos reglas de juego claras, para que cada industria pueda ser competitiva y se inserte de la mejor manera posible en el mundo. La estabilización del acceso al crédito será fundamental para que nuestro país vuelva a crecer. En este año electoral, los candidatos deberán tomar en cuenta en sus propuestas de gobierno a este acuerdo que, bien ejecutado, tiene el potencial de traccionar social y economicamente al país en el corto, mediano y largo plazo.
Para el sector agropecuario es fundamental seguir un camino de profesionalización en la gestión de sus recursos y establecimientos, tomando en cuenta las nuevas oportunidades del mercado internacional. Hoy, mundialmente, es inconcebible producir sin una planificación a largo plazo y, actualmente, 8 de cada 10 empresas agropecuarias de nuestro país no tiene un norte claro. Desde Grupo Cencerro lo vemos día a día porque trabajamos en eso, en colaborar a que cada productor gestione eficientemente y con una mirada más clara hacia el futuro.
Lo brillante del acuerdo no es el acuerdo en sí, sino que nos marca un norte ambicioso hacia donde llegar como nación, como sector, como productores. La buena noticia es que nuestros recursos naturales y nuestra experiencia confirman que tenemos el potencial para alcanzarlo. Dependerá de nosotros, de nuestras ganas y, sobre todo, de nuestra convicción de mirar mas allá.
Fuente: Infocampo
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